jueves, 18 de enero de 2018

Nutrición y alimentos cancerígenos

El cáncer es una patología que no conoce fronteras, siendo un problema de salud pública en todo el mundo que afecta a personas de todas las edades y condiciones. Además constituye la segunda causa de muerte en los países desarrollados.

 

El cáncer presenta una etiología multifactorial. Dentro de los factores precursores del cáncer se encuentran el tabaco, la dieta, el alcohol, la actividad física, las infecciones y la radiación, entre otros. En el año 2011 la Sociedad Americana del Cáncer (American Cancer Society) realiza una evaluación en relación a la alimentación y la incidencia de cáncer, y determina que hoy en día el 30% de los cánceres se siguen asociando a la alimentación.
 

Centrándonos en la implicación de la alimentación en el cáncer, debemos destacar los distintos alimentos y nutrientes que pueden tener efectos sobre la salud.
Factores dietéticos que pueden ser promotores del cáncer
 

Numerosos estudios revelan que el tipo de grasa de la dieta tiene influencia en la etapa de promoción y progresión del cáncer. Las grasas saturadas en particular parecen estar implicadas en la etiología del cáncer de mama, endometrio, próstata, colon y recto.

Por otro lado, se realiza un estudio para valorar el efecto de una dieta rica en grasas sobre el desarrollo del cáncer, en el que se identifica que las dietas ricas en grasas tienen efectos cancerígenos, sobre todo en los estadios iniciales de los tumores, ya que a este nivel las células tumorales utilizan las grasas como fuente de energía. Por ello, se relaciona la grasa saturada procedente de mantequillas, natas y carnes rojas con el desarrollo del cáncer, incluso se relaciona la obesidad con mayor agresividad en el cáncer de ovario en ratones según el estudio de Makowski (2014).



Con respecto al alcohol presenta importantes efectos negativos sobre la salud si se ingiere en exceso, ya que puede actuar como vehículo de otros carcinógenos, además de favorecer el transporte y la absorción de algunos compuestos cancerígenos y aumentar la sensibilidad general a otros (Bagnardi, V y cols,2001). 

Se ha demostrado en otros estudios, que la preparación de alimentos a elevadas temperaturas ya sea mediante barbacoa u hornos de leña, puede provocar la acumulación en el alimento de compuestos mutágenos que pueden desembocar en cáncer. En cuanto al consumo excesivo de salazones y alimentos curados, se ha demostrado la relación que poseen con la incidencia de cáncer de estómago.

Factores dietéticos protectores del cáncer


El consumo generoso de alimentos de origen vegetal (cereales integrales, legumbres, frutas, verduras y hortalizas y diversos derivados de éstos) está asociado con una disminución del riesgo de padecer diversos tipos de cánceres como: mama, útero, próstata, pulmón, esófago, estómago y colorrectal. Estos son alimentos complejos que contienen compuestos que pueden ser beneficiosos para la salud como vitaminas, minerales, carotenoides y otros compuestos bioactivos, que pueden ayudar a prevenir el desarrollo del cáncer.


La fibra acelera el tránsito intestinal, por lo que el tiempo que están en contacto los posibles elementos tóxicos con el tubo digestivo es menor y, por lo tanto, se reduce el tiempo para poder atravesar la barrera del tejido intestinal hacia otros órganos y sistemas. También se conoce que la fibra "atrapa" determinados compuestos, por lo que quedan incapacitados para pasar a través del intestino al resto del organismo y/o para realizar alguna función en los tejidos del propio intestino.
 

Las vitaminas A, E y C juntas en la dieta disminuyen la incidencia de cáncer puesto que son antioxidantes y disminuyen los radicales libres que se producen durante el estrés oxidativo. Realmente combaten con bastante eficacia el desarrollo del cáncer en estado incipiente, lo que ha hecho que se las denomine "agentes bloqueantes o supresores".
 

Otros alimentos destacables son el ajo y la cebolla contienen compuestos sulfurados que activan una serie de enzimas capaces de neutralizar agentes cancerígenos. Las coles (repollo) y los nabos, al igual que las uvas, fresas y frambuesas ejercen un efecto protector del material genético celular, por lo que actúan contra los procesos de carcinogénesis en nuestro organismo. La soja contiene la proteína genisteína que, según muestran estudios con animales de experimentación, evita la formación de los vasos sanguíneos que precisa el tumor para nutrirse cuando éste empieza a formarse.

Dieta mediterránea


Se ha evidenciado en varios estudios que la dieta mediterránea previene y reduce la incidencia de cáncer (mama, próstata y colon). Las razones por las cuales la dieta mediterránea puede ejercer un efecto protector se relacionan con el elevado aporte de fibra, antioxidantes y diversos compuestos bioactivos y una menor exposición a grasas saturadas y compuestos potencialmente cancerígenos como las nitrosaminas o hidrocarburos aromáticos policíclicos.
 


“Que tu alimento sea tu medicina, y tu medicina tu alimento”
 Hipócrates (460-370 a. C.)

Miriam Gutiérrez Abril. EIR Comunitaria


 


Asociación Española Contra el Cáncer (AECC)

  • La aecc es una Organización No Lucrativa (ONL) de carácter  benéfico asistencial.
  •  Se dirige a pacientes, familiares, personas voluntarias y profesionales que trabajan unidos para prevenir, sensibilizar, acompañar a las personas, y financiar proyectos de investigación oncológica que permitirán un mejor diagnóstico y tratamiento del cáncer.
  • Participa activamente en numerosas organizaciones, extendiendo sus acciones en la lucha contra las enfermedades oncológicas más allá de nuestras fronteras. 

Su actividad se centra en:
  • Campañas de concienciación y sensibilización sobre el cáncer.
  • Acciones de incidencia política.
  • Comunicación y difusión de información.
  • Participación en estudios y proyectos de ámbito. 



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