miércoles, 8 de marzo de 2017

8 de marzo, Día Internacional de la Mujer


Poco que celebrar y mucho por qué luchar: acabar con la impunidad para erradicar la violencia machista.

El Día Internacional de la Mujer conmemora la lucha de las mujeres por la igualdad de derechos con los hombres. El empoderamiento de las mujeres sigue siendo un elemento esencial para el logro de un desarrollo sostenible, de paz, de seguridad y de pleno respeto de los derechos humanos, así como para hacer frente a los retos y desafíos sociales, económicos y políticos en todo el mundo.


Los orígenes de este día se remontan a marzo de 1857, en el marco de la revolución industrial, en el que varias mujeres tuvieron la valentía de protestar en las calles de Nueva York contra las míseras condiciones en las que trabajaban en las fábricas textiles. Fue en febrero de 1909 cuando se celebró en los Estados Unidos el primer Día Nacional de la Mujer aunque solo tuvo seguimiento en Nueva York y Chicago.

Un año después, en Europa, en el marco de la II Conferencia Internacional de Mujeres Socialistas celebrada en Copenhague, a la que acudieron más de 100 mujeres de 27 nacionalidades se decidió celebrar el Día de la Mujer, de carácter internacional y con el objetivo de reivindicar los derechos de las mujeres y ayudar a conseguir el sufragio femenino universal. La Carta de las Naciones Unidas, firmada en 1945, fue el primer acuerdo internacional para afirmar el principio de igualdad entre mujeres y hombres.

Desde entonces, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) ha sido el organismo que ha ayudado a crear un legado histórico de estrategias, normas, programas y objetivos acordados internacionalmente para mejorar las condiciones de vida de las mujeres en todo el mundo.

Vijaya Lakshmi Pandit

El año 1975 fue declarado el Año Internacional de la Mujer y se estableció el 8 de marzo como el Día Internacional de la Mujer.
En España, se hace visible la participación de las mujeres en la esfera pública en los años de la Segunda República (1931-1936) y, entre otras cosas, se logra su participación por primera vez en las elecciones de 1933, logros fugaces pues la Guerra Civil y el régimen dictatorial llevarían al traste todo lo conseguido.

Habría que esperar 40 años para que las mujeres recuperaran el punto de partida que significó la conquista del voto. Sin embargo, hemos tenido que esperar hasta el año 2007 para disponer de una ley para la igualdad efectiva entre hombres y mujeres (Ley Orgánica 3/2007, de 22 de marzo).

Hoy en día, aunque somos una sociedad que cuenta en lo formal con políticas igualitarias, leyes, planes y programas, subsiste una jerarquía de poder sustentada en el machismo y los estereotipos sexistas que genera desigualdades entre hombres mujeres.

El mayor exponente de estas desigualdades es la violencia hacia las mujeres, donde los asesinatos o feminicidios son su forma extrema y son utilizados para someter a las mujeres y mantener la dominación machista.

En nuestro país, desde que se dispone de registros en enero de 2003 y hasta el 31 de diciembre de 2016, se han registrado 870 mujeres asesinadas. En 2017 se observa un incremento alarmante de asesinatos machistas. Solo en los dos primeros meses han sido asesinadas 16 mujeres, lo que representa un 45% más que en el mismo periodo del año anterior.

No solo las mujeres son víctimas de la violencia machista, también lo son sus hijos e hijas quienes, además de soportar las graves consecuencias en su salud, también son asesinados, como lo demuestran los 35 asesinatos de niños y niñas, de los últimos 5 años. Además en este mismo periodo, otras 21 personas han resultado asesinadas como víctimas colaterales de este tipo de violencia. 

El terrorismo machista, es decir, los asesinatos sistemáticos de mujeres, ha matado en España más personas (mujeres, niñas y niños) que la banda terrorista ETA. ¿Cómo es posible que estas cifras no tengan una contundente reacción de rechazo por la ciudadanía y que las instituciones implicadas de todos los sectores no hayan puesto en marcha medidas efectivas semejantes a las que se adoptaron contra esta banda terrorista?

No hay que olvidar además que los asesinatos son solo la punta de iceberg de la violencia cotidiana, en un sistema patriarcal que genera las condiciones para que este tipo de violencia se produzca, fomentando la discriminación sexista y las actitudes machistas que subyacen en las distintas manifestaciones de la desigualdad (la brecha salarial, la feminización de la pobreza y de los cuidados, etc.).

Por todo ello, además de las actuaciones contundentes y precisas contra los asesinatos hay que desarrollar una importante labor preventiva deconstruyendo la sociedad patriarcal y fomentando valores igualitarios para lograr una sociedad más justa y libre de violencia.

La transformación del sistema sociocultural machista no pertenece sólo a las mujeres, los hombres son parte de la solución. La educación en igualdad puede acabar a largo plazo con el sexismo y el machismo, pero es imprescindible una respuesta inmediata y sostenida en el tiempo de toda la sociedad. Como salubristas tenemos responsabilidad en hacer visible, en prevenir y atender la violencia, las desigualdades que la sustentan y sus efectos sobre la salud.

Compartiendo el dolor por la pérdida de tantas mujeres y con la firme decisión de avanzar hacia la igualdad efectiva, suscribimos el lema: “Solo hacia delante” y os animamos a participar de forma activa en los distintos actos conmemorativos programados.


Lizzy Cisneros Almeida. MIR Medicina Preventiva y Salud Pública
Luisa Lasheras Lozano. Médica
Marisa Pires Alcaide. Pedagoga
Promoción de la salud desde el feminismo

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Deja tu comentario